Bordas de Viadós
(Artículo publicado en Heraldo de Aragón el 21 de julio de 2023)
Tuve la suerte de conocer por primera vez a finales de la década de 1970 un paraje tan extraordinario como las bordas de Viadós, en Chistén o Gistaín, población perteneciente al valle de Gistau en el Pirineo aragonés. Por aquel entonces todas ellas estaban en uso. Después he podido volver sucesivamente a lo largo de los años para ver cómo, poco a poco, las bordas iban siendo abandonadas. Hoy este lugar se encuentra dentro de los límites del Parque Natural Posets/Maladeta declarado como tal en 1994. No pretendo describir este paisaje majestuoso al pie del macizo de Lardana o Posets. El gran pirineísta Henry Rusell ya lo hizo en 1864 en su libro Souvenirs d'un montagnard y allí escribió lo siguiente: "La vista del pico Posets es de un esplendor incomparable. Es la más bella y la más extensa de todos los Pirineos. La gran altura y el aislamiento, tal es, quizá el secreto de esta magnificencia." Aquí me quiero ocupar de un paisaje humanizado y son las bordas y su entorno las que lo definen.
Con el fondo del macizo de Posets, alrededor de una docena de bordas o construcciones con cuadra en el piso bajo y pajar en el alto, se extienden sobre la pendiente, de forma diseminada, ya que todas ellas tienen su propio prado alrededor. Exteriormente son de piedra y su tejado cubierto con pizarra del país. A una altitud entre 1700 y 1800 metros, fueron en el pasado un "panar", que eran zonas de cultivo a gran altitud. Aquí se sembraba centeno en año y vez y se cosechaba a fin de agosto. Tras la guerra civil, los cultivos de cereal se fueron progresivamente substituyendo por prados de siega. De este modo, la ganadería del vacuno se convirtió en la actividad agroganadera principal. El ganado permanecía aquí en el mes de mayo y parte de junio, antes de subir al puerto y en verano se segaba la hierba de los prados que se almacenaba en el "pallé" o piso superior de la borda. Actualmente esta práctica se ha abandonada y las bordas de Viadós ya no se utilizan. Valdría la pena conservar este conjunto único.
Sin embargo, no parece que las cosas vayan en esta dirección y las noticias que me han llegado últimamente, son que, si no se actúa pronto para favorecer su conservación, todo el conjunto se irá deteriorando cada vez más hasta llegar a su ruina. ¿Qué hace el Parque Natural Posets-Maladeta para favorecer su conservación? Pues parece que poner trabas más que otra cosa, exigiendo, si el propietario desea hacer algún arreglo como retejar, la aplicación de normativas realizadas en despachos que desconocen la realidad sobre el terreno. Recientemente Carlos Fernández, un historiador de la ganadería pirenaica, publicaba un artículo sobre esta cuestión en la revista L'Alcagüet que se edita en Chistén y a él, por su gran interés, deseo referirme. Su conclusión me parece muy válida y la suscribo plenamente. Independientemente de que el conjunto de las bordas de Viados se encuentren dentro del Parque Natural Posets/Maladeta, tiene una entidad propia. Estamos ante un caso único pues no hay otro ejemplo mejor que este en todo el Pirineo aragonés para apreciar sobre el terreno cómo eran las formas de gestión tradicional de la agricultura y la ganadería en la alta montaña pirenaica. Por todo ello las bordas de Viadós deberían tener una protección específica y aún mejor, un plan de conservación consensuado con sus propietarios, todos ellos vecinos de Chistén.