- ¡ Pobre Aragón!
Publicado el 2 de marzo de 2009 en Heraldo de Aragón
" Pobre Aragón, tan lejos de Dios y tan cerca de Cataluña". Igual que México de los EEUU, como ya dijera Porfirio Díaz, lo cierto es que en esta lamentación aragonesa se encuentran las dos partes a las que hoy pide Aragón unas cuantas obras de arte que pertenecen a algunas de sus parroquias y unos, representantes de Dios en la tierra, parecen estar tan lejos que no la oyen y otros, representantes de la gran nación por construir, tan cerca como para pensar que al fin y al cabo no es sólo que las obras de arte sean suyas, sino que también lo son las parroquias. La hipocresía con la que se viene representando esta farsa es ya de tal magnitud que irrita a cualquiera que haya seguido este caso con la infinita paciencia que exigía. De todas formas ya deben ser muy pocos quienes aún crean eso de que la devolución de las 113 piezas es un asunto eclesiástico.
Éste es un asunto político de primero magnitud ya que crudamente pone de manifiesto, aunque algunos no lo hayan querido ver, las creencias profundas del nacionalismo catalán que aspira a quedarse con esa parte del territorio aragonés a la que ellos llaman " Franja de Ponent" para integrarla en una supuesta Gran Cataluña o "Països Catalans". Cuando las parroquias que antes pertenecían a la diócesis de Lérida pasaron a la diócesis de Barbastro ya hubo resistencia política, que no pudo evitar algo tan incuestionable como que las autoridades eclesiásticas toman las decisiones que estiman oportunas en una jurisdicción que es exclusivamente suya. Ahora bien, al pasar de las almas al arte, las cosas cambian pues ya estamos ante algo que también puede reclamar el "César", se llame éste Iglesias o Montilla. A lo largo de estos años éste ha sido el terreno, político por supuesto, en el que ha jugado el nacionalismo catalán para evitar a toda costa que ni una sola obra de arte pudiera volver a sus legítimos propietarios. Y aquí todavía hay quien no quiere verlo. ¿ Por qué el nacionalismo catalán es tan implacable a la hora de impedir esta devolución?. ¿ Acaso ellos no han reclamado y obtenido la devolución de otros bienes que estaban en Salamanca?. ¿ Por qué a Aragón ni agua?
Pues creo que hay una razón de la que casi no se habla porque, ¡ojo!, no sería políticamente correcto. El nacionalismo catalán desprecia a Aragón, desprecio que no es de ahora sino de hace tiempo. En 1937 Joaquín Ascaso ya tuvo ocasión de comprobarlo en los pocos meses en los que fue Presidente del Consejo de Aragón durante la Guerra Civil y así reflejó en sus memorias la penosa impresión que había sacado del Presidente de la Generalitat, Lluís Companys, tras la reunión que ambos mantuvieron en Barcelona. Según él el desprecio con el que Companys le trató no obedecía tanto a su condición de miembro de la CNT como de presidente aragonés. Cómo no recordar la posición de los nacionalistas catalanes de CiU rechazando en el Congreso de los Diputados que en 1996 Aragón se declarará nacionalidad histórica en la reforma de su Estatuto de Autonomía. Aragón es un grano histórico que de vez en cuando le sale al nacionalismo catalán o bien recordándole un pasado histórico que hubieran deseado que fuera algo distinto o bien desmontando unos mitos que, por esa misma razón, no pueden difundir como quisieran o evidenciando que una parte de la Corona de Aragón, la que precisamente daba legitimidad soberana a dicha Corona, nunca habló catalán, pues la lengua mayoritaria fue antaño el aragonés y hoy el castellano. Su "senyera" no es tal, sus reyes siempre fueron de Aragón, jamás existió la monarquía catalano-aragonesa y más allá de los límites de la Corona sus súbditos eran conocidos como aragoneses aunque fueran en realidad catalanes, la conquista de Valencia fue tan aragonesa o más que catalana y jamás existió la casa real de Barcelona. En la fabulación, otros dirían manipulación, histórica del nacionalismo catalán hay algo que falla y es que exista Aragón y de ahí la necesidad de minusvalorar o incluso despreciar lo aragonés. Empecemos a ver en las palabras y acciones de quienes se niegan rotundamente a devolver algo que los tribunales correspondientes ya han dicho que no les pertenece, unas creencias esencialistas arraigadas con las que ha sido, es y será muy difícil dialogar y razonar. Con la iglesia, pero la nacionalista, hemos topado.....amigo Marcelino.